Escrito por: Valentina Anitnelav, Psicoterapeuta Cognitivo-conductual con enfoque de género. Coordinadora General de la Fundación Casa Matria
Fotógrafo: Beto Ruiz / Modelos, producción y maquillaje: José Corro & Rolando De Sedas / Post-Producción: Luis Carlos Mendoza
Contacto que eriza la piel, lengua que roza apenas, labios que acarician y “muerden” suavecito, calorcito que recorre, inquieto, las partes más húmedas, manos resbalosas que se mueven por los cuerpos como peces en el agua. Corazón palpitante, mariposas revoltosas que inundan la barriga, carrusel de emociones, falta de aire, exceso de felicidad, cada señal es objeto de profundo estudio, cada palabra, promesa de amor una deliciosa fuente de aguas termales en las que sumergirse, cada mirada vierte un mágico hechizo de luna.
Dormir abrazando ese cuerpo amado o simplemente sentir que está al lado, construir un proyecto de vida en compañía, verle en sus momentos y ángulos menos favorecedores, conocer sus defectos y seguirle queriendo y saber que te quieren con tus defectos y tus malos ángulos, en la salud y en la enfermedad y en los malos humores y las pequeñas y grandes enfermedades. Deseo, pasión, amor, ilusión, compromiso, familia… Conceptos tan esenciales de la vida humana como la conocemos, nos han programado para pensar que quien no protagonice esas historias de romance, pasión y amor es la definición del fracaso -lo cual tampoco es que sea tan cierto-, pero hay mucha gente, a la que esas facetas hermosas y enriquecedoras de la vida, les están, al menos censuradas, la gente que, vive fuera de la heterosexualidad, es víctima de la discriminación, de la invisibilización, el odio y la violencia, las manifestaciones son infinitas, en el momento en que la sexualidad sale del redil lo “normal” toda la vida, todo el universo de una persona puede verse afectado negativamente.
Rechazo familiar: que va desde el “yo te quiero como eres, porque eres mi hijo/hermana/nieto/madre” pero jamás se habla del tema, mucho menos presentar a la pareja; también están las familias que tienen un acuerdo silencioso en el que el gay, la lesbiana o la persona trans, tienen que esforzarse más por ganarse el amor y la aceptación, así está persona ayuda económicamente a los familiares, hace el trabajo doméstico es quien cuida a los/as niñas y ancianos, etc., en los casos extremos de violencia familiar se dan casos de violaciones correctivas, violencia física que causa graves lesiones y hasta la muerte. No hay que olvidar la parte de la familia, que siendo parte de una sociedad homofóbica, aunque el miembro que es gay, lesbiana, bisexual o transexual no ha hecho nada malo, ve rotas sus expectativas y la imagen que tienen sobre esa persona de la familia, es algo que les causa dolor pues deben aceptar a alguien diferente a lo que deseaban, al menos en ciertos aspectos, sin embargo es importante tener presente que el hecho de que con tener una orientación sexual o identidad de género diferente, el hermano o la hija no han hecho daño a la familia, las imposiciones que nos presenta la sociedad, son las que hacen daño.
A nivel laboral: está la dificultad, que puede llegar hasta la imposibilidad de conseguir trabajo, el que tanto “se te nota” va influir mucho, en algunos casos la persona es contratada, pero al percibir sus jefes y compañeros/as su orientación sexual le hacen presa del “mobbing”, que viene a ser la versión laboral del “bulling”, el asedio puede llegar a ser tan intenso que la víctima caiga en depresión o en la desesperación opte por renunciar, en otros casos, la persona puede pasar años viendo ascender a compañeras/os con igual o menor capacidad y preparación.
Violencia estatal o institucional: es una realidad de la que apenas empieza a hablarse en Panamá, apenas en 2008 la AHMNP (Asociación de Hombres y Mujeres Nuevos de Panamá) logró que la homosexualidad dejara de ser delito, no hay ninguna ley que proteja contra la discriminación, aunque se ha reconocido en organismos internacionales como la ONU, OEA, como una categoría que necesita de protección especial, dado que es víctima de discriminación y estigma, apenas en este año ha empezado a discutirse más en serio sobre derechos civiles como el matrimonio u otros tipos de uniones legales que protejan a las parejas del mismo sexo, que les brinde la posibilidad de comprar una vivienda, heredar, visitar y autorizar decisiones sobre la salud de la pareja enferma, legalizar la adopción de los/as hijas de la pareja que se crían y en común, inscribir a la pareja en el seguro social tema que en no pocas ocasiones hace la diferencia entre la vida y la muerte, arrestos ilegales y otros abusos policiales, madres a las que se les quita la guarda y crianza de sus hijos/as por el simple hecho de tener como pareja a otra mujer aún cuando no hay ninguna ley que lo prohíba.
Violencia social: en este plano, quizás menos vital, pero de cualquier forma importante, hay manifestaciones que al hacerse cotidianas, van inundando de menosprecio y violencia la vida de miles de personas, acoso callejero, burlas, insinuaciones sexuales, intimidación y abuso físico y sexual pueden darse por parte de desconocidos en lugares públicos. Por otro lado están las amistades que hacen chistes homofóbicos, excluyen de ciertas actividades o hacen sentir como invitadas/os de segunda categoría al amigo o amiga LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y trans), hacen comentarios ofensivos, se comportan como si el amigo/a gay o lesbiana en cualquier momento que se queden a solas les intentará seducir, comentarios del tipo “yo no soy homofóbico, tengo amigos que son así”, pero… “tengo amigos gays/lesbianas/trans y los quiero mucho, claro, no voy a llevar a mis hijas a su casa”, etc., son formas sutiles pero constantes de menospreciar, ofender y humillar.
Discriminación internalizada: la más difícil de combatir, la sufren personas que pertenecen a cualquier grupo discriminado u oprimido, ven como normal y justificable las falta de libertades y derechos, no como algo aceptable, la violencia, el acoso, el rechazo, también es común que un grupo dentro de la comunidad LGBT discrimine a otros, sea los gays a las lesbianas, gays y lesbianas a las personas bisexuales o a las trans, etc., lo que indica una falta de conciencia de que la diversidad es natural y positiva, con lo cual probablemente estas personas muy en el fondo se sienten mal con sigo mismas.
Diversidad Sexual
Es un hecho que somos diversas/os como personas, en múltiples niveles, habilidades, personalidades, físicamente, en cuanto a habilidades, talentos y capacidades y así un largo etcétera, los planos de la sexualidad y la afectividad no son la excepción, si bien lo que se ha impuesto como la norma y como lo “correcto” en la historia más reciente de la humanidad, en la mayor parte del mundo, es la heterosexualidad, existen muchas otras realidades y siempre han existido, tal vez no con los mismos nombres que ahora les damos, más la gama de colores del arcoiris es parte de la naturaleza misma.
LGBT: las siglas de la Diversidad Sexual intentan definir algo del mundo que hay más allá del hombre con mujer, nombra otras formas y posibilidades: Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans. Es importante mencionar que lesbiana, gay, bisexual y heterosexual, son lo que se conoce como orientaciones sexuales y tienen que ver con qué personas nos atraen o con que personas elegimos tener relaciones sexuales y/o afectivas, así por ejemplo heterosexual es la persona a quien le atraen especímenes de sexo diferente al propio, gays y lesbianas sienten atracción y/o tienen relaciones con personas de su mismo sexo, bisexuales se sienten atraídas/os tanto por hombres como por mujeres, en cambio transexual y transgénero se refieren a identidad de género, esto es de qué género siente la persona que es, independientemente de sus genitales, es decir cuando una persona en un cuerpo con pene se siente como mujer y viceversa, la identidad de género no va directamente ligada a la orientación sexual, una persona trans puede sentirse atraída hacia los hombres, hacia las mujeres o hacia ambos.
EL+: Con los años, las discusiones, investigaciones, reivindicaciones de nuevos grupos que se organizan para visibilizar su existencia y exigir sus derechos, se van sumando letras, algunas de las más comunes son:
LGBTT: hay quien en lugar de una T, le pone dos, una por transexual: personas trans que se hacen cambios fisiológicos como cirugías y tratamientos hormonales y otra por transgénero: personas trans que por motivos económicos u otros no pueden o no sienten la necesidad de hacer cambios fisiológicos y simplemente viven su identidad usando la ropa, el cabello, el arreglo personal y la forma de “moverse en el mundo” según el género con que se identifican. Hay otras formas de transexualidad como “trans queer” que realmente no se identifican como hombre ni como mujer y de hecho desean mantenerse lo más neutrales posible en cuanto a manifestaciones de femineidad o masculinidad y trans fluidas/os, personas que sienten tanto ser masculinas como femeninas en distintos momentos, con lo cual un día pueden actuar, vestirse y arreglarse completamente como una mujer y al siguiente como un hombre.
La I de intersexualidad: es lo que antes se solía llamar (de manera equivocada) hermafrodita, son personas que naturalmente tienen características fisiológicas femeninas y masculinas, una suerte de cuerpo intermedio entre los dos sexos, muchas veces las personas intersexuadas dan externamente la apariencia de ser de un sexo y cuando llega la adolescencia el desarrollo es diferente a lo esperado o cuando intentan tener hijos se descubre que existe esa dualidad; en otras ocasiones si es notoria la ambigüedad, incluso desde el nacimiento, hasta hace pocos años la terrorífica práctica era de que los médicos evaluaran que parte estaba más desarrollada, si la masculina o la femenina y hacer cirugías para eliminar cualquier vestigio de genitales que no se ajustaran a esta, estas operaciones podían llegar a realizarse tan temprano como en los primeros días de vida. Por fortuna, en varios países, las personas intersexuadas se han organizado y alzado la voz, son normales, sanas, naturales, una minoría estadísticamente, pero sus cuerpos no deben, ni debieron jamás ser mutilados.
La Q: es por “queer”, término del inglés que significa raro, extraño, se utiliza(ba) para referirse de forma ofensiva hacia las personas LGBT, pero de alguna manera se apropio y cambio a positivo, ¿por qué lo raro ha de ser negativo? Y las sexualidades diferentes, sean homosexuales o fuera de lo común por otras razones se consideran sexualidades fuera de la normalidad, disidentes, pero naturales, positivas, sanas. Es infinita la lista de lo que podría definirse comoqueer, pero depende justamente de como lo viva y lo perciba cada quien, desde el hombre joven que tiene relaciones con mujeres ancianas porque, siendo heterosexual, su atracción es hacia las “chicas” de 60 ó más, hasta las parejas abiertas que se sienten bien con ese estilo de vida, aunque no mucha gente les entienda, el rechazo a las etiquetas de orientación sexual y/o a las de identidad de genero, a esa división entre lo normal y lo anormal.
Asexualidad: es considerada por algunos como la última de las orientaciones sexuales, otros/as no están tan seguras de llamarle así, el tema es que hay gente que no siente atracción sexual, no son sexuales, punto, tienen genitales, hormonas y hasta son fértiles en su mayoría, pero simplemente, el sexo no está entre sus intereses, nuevamente hay que decir, son personas completamente normales, sanas, la falta de interés en el sexo no se debe a que les duele algo o están deprimidos, tienen un trauma u ocultan algo, se habla de porcentajes en torno al 3% de la población, es decir, es poco común, pero es probable que todas/os conozcamos a alguien asexual.
Pansexuales: por otro lado, son las personas que no toman en cuenta el sexo o el género, si una persona tiene ese no-sé-que-qué-sé-yo, simplemente les atrae y pueden tener una relación seual y/o afectiva con ella independientemente de si es mujer, hombre, intersexual, trans o de la catagoría que sea
Omegit: en Panamá, dentro de la cultura Guna, hay varones biológicos que tienen relaciones con hombres de la comunidad, hacen labores usualmente femeninas, como coser molas y cuidar de las niñas y niños.
Iguales en Dignidad y Derechos
Siempre que las relaciones tanto sexuales como afectivas sean voluntarias y consentidas, no hay nada patológico, ni física ni psicológicamente, las diversidades son variaciones, alternativas de lo posible, matices de la conducta y las emociones humanas, todas y todos somos parte de la diversidad sexual, todos y todas tenemos los mismos derechos y todas/os deberíamos poder ejercerlos por igual, amar, sentir, vivir, ser libres y buscar la felicidad.
(Artículo publicado originalmente en http://strambotix.com/)
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